jueves, 30 de abril de 2009

Reflexión Diaria: ¿CUANDO SE ACABA ESTO DE LA BOLSA?

Aun recuerdo como si fuera ayer, la primera vez que mi gran amigo “Ignacito” me pidió que le enseñara, como tenia que hacerlo para empezar a invertir en bolsa. Después de varias tardes en un viejo café, y varias docenas de cañas y tapas, me hizo la gran pregunta; ¿Y esto cuando se acaba?

Me quedé un poco parado. “no te entiendo, Ignacito”, le comenté. “Claro”, siguió comentándome, “o sea, después de analizar los valores, el marco económico etc., se supone que debo de comprar unas acciones, a esas acciones les debo de hacer un seguimiento, quizás mas adelante compre mas, quizás las circunstancias me obliguen a vender, supongo que a veces ganaré y otras perderé, aunque a la larga el objetivo es ganar. Pero claro, la pregunta es ¿Cuándo es que tengo que venderlo todo y sacar el dinero? ¿Cuándo dejo de invertir? En definitiva ¿Esto cuando se acaba?

En ese momento, comprendí, que en todos los cursos y clases que había dado hasta la fecha (que tampoco eran muchas) aunque había respondido a las preguntas fundamentales como ¿Qué es la bolsa? ¿Cómo se gana dinero, como se compra, como se analiza? Etc. me faltaba contestar quizás a la pregunta más básica e importante de todas ¿Para que invierto en bolsa? ¿Cuál es mi objetivo personal e intransferible?

La respuesta a estas preguntas son básicas pues según sean estas, invertiremos de una forma u otra, si mi intención es acumular dinero para la jubilación, no haré las mismas inversiones que si lo que quiero es de aquí a un par de años dar la vuelta al mundo.
Por eso es imprescindible, que antes de invertir, cojamos papel y bolígrafo y escribamos nuestros objetivos, el para que invertimos, cuando dejaremos de hacerlo (si es que lo queremos dejar algún dia) en fin, debemos de realizar lo que yo llamo, “nuestro plan de inversión personal” que no tiene por que coincidir con el del vecino, que tendrá otras metas y objetivos.

Miré a Ignacito, que esperaba una respuesta y le solté lo siguiente:

-Mejor será que quedemos otro dia, por hoy hemos terminado la clase. Pero la siguiente no será de bolsa.
-¿Y de que será?
-De filosofía, te vendrá bien para responder tu pregunta.

miércoles, 29 de abril de 2009

Reflexión Diaria: PERDER UNA OPORTUNIDAD

Dejadme que os regale una frase; “Es preferible perder una oportunidad a perder dinero”. ¿Os suena? Seguro que muchas veces habéis estado en esta situación: leéis por Internet que una gran petrolera (por ejemplo) ha encontrado un importante yacimiento petrolífero en las aguas de Trinidad Tobago, y que las acciones en bolsa estan subiendo como la espuma a raíz de la noticia. Tú no eres un especulador, mas bien un inversor a medio-largo plazo cuya estrategia consiste en mantener una cartera de acciones, realizando algunos ajustes cada trimestre mas o menos.

Pero la noticia te encandila. Miras tu cuenta en Internet y ves que tienes saldo suficiente como para compras el triple de lo que suele ser tu inversión en un solo valor. Te lo piensas. Realmente, ese dinero era para comprar otro valor que llevas tiempo analizando y estudiando, pero este chollo de la petrolera, podria ser el gran pelotazo.

Te lo vuelves a pensar y mientras estas pensando, ves en tiempo real como suben las acciones que deberías estar comprando. Por tu mente pasa la idea de comprar todo las acciones que puedas de ese valor, y cuando hayas hecho negocio (quizás en un par de semanas) ¡Zas! Las vendes y a cobrar.

La emoción de la avaricia puede contigo y con tu plan preestablecido, ese plan que tardaste días en realizar, y decides comprar tropecientas mil acciones de la petrolera, jugando a ser un especulador, cuando no lo eres, no porque no puedas serlo, si no porque no estas preparado para ello.

Lo que sigue después lo podeis suponer; justo cuando compras la acción sigue subiendo, y por tu mente se recrea el cuento de la lechera, y ya estás gastando el dinero que aun no has ganado. En los próximos días la acción sigue subiendo, pero no tanto, y claro, no vendes, pues tu intención era forrarte mas de lo normal, y no simplemente ganar como a veces pasa.

Después la acción empieza a bajar, y a bajar (pues los que compraron al principio ya estan haciendo caja), y lo que en su dia era una buenísima oportunidad, se convierte en una gran decepción. Ese no era tu plan, no era tu forma de invertir, pero lo hiciste, pues tenías miedo de perderte la oportunidad del siglo.

Queridos amigos, en el mundo de las inversiones, y mas en estas últimas décadas con la globalización de las comunicaciones, oportunidades hay todos los días, repito, todos los días, en algún lugar del mundo, en algún mercado, en alguna noticia, lo difícil es coincidir en el momento y en el espacio, pero es cuestión de tiempo.

No cometamos locuras, que si pierdes una oportunidad, ya vendrán otras, pero si pierdes dinero…amigo eso duele.

martes, 28 de abril de 2009

Reflexión Diaria: TODO, TODO Y TODO.

Un dia me preguntaron que es lo que hacia que la bolsa subiera y bajara constantemente. Yo contesté, que de una forma general era la oferta y la demanda, y que esa oferta y demanda estaba condicionada por varios factores. ¿Pero que factores? Pues muy bien, todos. Cualquier cosa puede hacer variar los deseos de comprar o vender en el mercado bursátil, y no solamente lo puramente económico.

Ejemplos de situaciones, factores o noticias que pueden afectar a la bolsa son muchos;
Las guerras, los eventos políticos como las cumbres o los foros, las elecciones nacionales, el ganador de la súper bowl (en USA), los filtreos de un presidente en la casa blanca, las pandemias, el asesinato de alguien importante, los fenómenos atmosféricos peligrosos como ciclones tornados etc., en fin, la lista seria interminable.

Con esto les quiero contar, queridos amigos, que la bolsa la mueven las personas, los grupos, las emociones, las esperanzas, los deseos, los miedos, las alegrías, las penas, las decisiones, lo pasado, lo presente y lo futuro, lo evitable y lo inevitable, la ambición, en fin, y para resumir; TODO, TODO Y TODO.

¿Quizás deberíamos estudiar más el comportamiento humano, a la hora de invertir?

lunes, 27 de abril de 2009

Reflexión Diaria: PSICOANALIZAR UN VALOR

Yo, por naturaleza soy una persona bastante diplomática y abierta. Me gusta escuchar cualquier opinión o idea, por muy absurda que pueda parecer, creo que todos tenemos derecho a soñar, a idear cosas aunque parezcan imposibles o muy difíciles.

Tambien creo que para opinar sobre algo o alguien primero debemos escuchar atentamente, como en el siguiente ejemplo:

Hace algunos años, me encontré con un antiguo cliente, nos paramos a tomar unas cañas y unas tapillas, y como era de esperar, la conversación que tuvimos fue sobre la bolsa, o mejor dicho, sobre sistemas y formas de elegir el valor correcto. Yo le hablé de lo típico, análisis técnico, fundamental etc. Pero el no. El tenía otro sistema, me lo contó más o menos de la siguiente guisa;

“yo cuando quiero analizar un valor, lo que intento es conocerlo, pero conocerlo de verdad, sentirlo. Para ello, miro la cotización todos los días, leo todas las noticias relacionadas con la compañía, estudio su pasado, presente y futuro, pienso constantemente en ella, me acuesto con la esperanza de soñar con el valor, sufro cuando le pasa algo malo, y me alegro cuando es algo bueno. Miro los gráficos diarios, el semanal, el de horas todos.

Intento impregnarme de ese valor, entenderlo, estudiar su comportamiento, buscar pautas, como si de un ser vivo se tratase. Vivo constantemente con ese valor. Hasta que al fin, con el tiempo, de tanto seguirlo, llego a conocerlo tan bien, que soy capaz de saber la reacción que puede tener en bolsa, después de que salga tal o cual noticia, como una madre sabe la reacción de su hijo, si le dice que esta castigado, o que le ha tirado a la basura sin querer la colección de cromos de “bola de dragón”. Realmente es como eso, es como tener un hijo, lo sabes todo de el, sus gustos, aficiones, lo que le aflige, lo que le encanta, lo que le hace enfadar, todo.

En fin, que el truco está en concentrarse en un único valor, durante meses, hasta llegar a comprenderlo en lo más profundo de sus entrañas, y conocerlo casi más que a ti mismo y a partir de ahí, especular con ese valor, comprándolo cuando creamos según nuestra sensación adquirida, que va a subir y vendiéndolo cuando creamos lo contrario. Es un poco largo, y empreñoso pero a mi me funciona. ¿Qué te parece?”

Durante toda su exposición me mantuve absorto en lo que estaba escuchando. ¿Psicoanalizar un valor durante meses, como si de una persona se tratase, para entender su comportamiento? Bueno, si a el le funciona, no tenia nada que objetar. Asi que le miré fijamente a los ojos y le contesté:

-Me parece interesante, déjame que lo consulte con la almohada.

Y pedimos otra ronda de carne en salsa.

viernes, 24 de abril de 2009

Reflexión Diaria: DIALOGO DE BESUGOS EN UN BANCO

(En el banco)
-Buenos días
-Buenas tardes, ¿Qué desea?
-Pues mire quería comprar unas acciones
-¿Acciones, en la bolsa?
-Si, si, y póngame bastantes, como dos o tres kilos y…
-No hombre no, la inversión en bolsa es muy complicada, no merece la pena...
-¿Ah no? Pues a mí me habían informado que era algo sencillito y que…
-No haga caso de lo que le digan por ahí, los profesionales somos nosotros.
-Ah claro, ustedes son los que saben, por eso siempre ganan.
-Mire, no se complique la vida con inversiones en acciones que no le conducen a nada, usted lo que tiene que hacer…
-Eso eso, ilústreme, muéstreme el camino, ¡OH gran maestro de las inversiones!
-¡Menos cháchara y escuche atentamente!, tengo el producto ideal para usted.
-¿Y cual es?
-Este (saca un montón de folios grapados) es un producto garantizado, estructurado, indexado, referenciado… en fin que tiene de todo.
-Ah, muy interesante ¿y como funciona?
-Pues muy sencillito caballero. Usted mete la mitad de la inversión en un depósito a plazo fijo, al 10% nominal, que realmente es un 3,5 % TAE, aunque al final descontando comisiones, retenciones, malversaciones y transacciones se quedará en un 1,5%, que es mas que el 0% ¡le vamos a regalar un 1,5 %, sin que usted tenga que hacer nada! ¿Lo entiende?
-¡Si si, perfectamente! Más de un 0%. ¿Y que hacen con la otra mitad de la inversión?
-Pues tambien algo muy sencillito, lo referenciamos, de forma indexada en tres acciones, si durante los próximos cinco años, las tres has subido mas de un 10%, usted gana el 3%, pero una de ellas no tiene que bajar mas de un 20%, a no ser que la media ponderada del IBEX 35, sea superior en todo o parte, a la media aritmética de las tres acciones. Si esto ocurriera, la rentabilidad seria igual, mayor o menor (según nos interese a nosotros) en proporción al comportamiento global de las tres acciones por separado, evidentemente sin contar el dividendo. ¿Le ha quedado claro?
-Si, si, muy clarito. Y…esto… una preguntita, si quiero sacar el dinero antes de los 5 años…
-Ningun problema, usted nos avisa con 6 meses de antelación, le penalizamos con un 10% del beneficio (si es que lo hay) y si no lo hay es un 20%. ¿Entiende?
-Si claro, perfectamente, bueno y dice usted que está garantizado, o sea que nunca pierdo ¿verdad?
-¡Exacto! Nunca pierde aunque la bolsa baje. Si esto pasara, al cabo de 5 años se le devolvería de forma integra todo lo que usted invirtió, solamente le descontaríamos, la comisión de apertura, la de mantenimiento, la de custodia y la del bocadillo de las 12 (lo siento está en el convenio) y de una forma mas sucinta, por el efecto de la inflación su dinero se habrá depreciado en torno a un 15 %, eso sin contar el coste de oportunidad, es decir lo que usted hubiera ganado si lo hubiera invertido en otro producto. Pero el dinero se le devolvería integro.
-¡Jolin, usted si que sabe! ¿Y podria hacer usted el favor que resumir todo lo anteriormente dicho?
-¡Faltaría mas! Mire, usted meta el dinero en este producto, y yo al cabo de 5 años le llamaré para que lo reinvierta en otro. Asi de sencillo. Firme en la cruz por favor.
-Que interesante, menos mal que he venido, estuve a punto de invertir en bolsa directamente yo solito, con el riesgo que eso conlleva y lo complicado que es.(todo eso lo dijo mientras firmaba)
-¿Quiere un purito?
-Pues si
-Pero un purito, de los buenos buenos, ¿lo quiere?
-¡Si vaya que si!
-Pues ahora cuando salga, a mano derecha hay un estanco, cómprese un habano, y fúmeselo a mi salud.
-Ha, muy bien, entonces ¿ya esta todo? ¿Me puedo ir?
-¿Ha firmado el contrato?
-Si
-¿Ha firmado la transferencia del efectivo?
-Si tambien
-Entonces se puede ir.
-Muy bien, y como salgo, ¿Empujo la puerta o tiro de ella?
-Pues no se, hay un cartel en la puerta que lo explica todo.
-Muy bien pues buenos días
-Buenas tardes.

jueves, 23 de abril de 2009

Reflexión Diaria: SACAR UN “14” EN LA BOLSA

Mi amigo Roberto y yo solemos hacer quinielas a medias. No nos gastamos mucho, pues nuestra filosofía es “poco dinero, mucho tiempo” y no nos va mal. De hecho, no hace mucho (la semana pasada) echamos una de nuestras quinielas. En esa jornada, el sábado se jugaban 8 partidos de quiniela, o sea que dependiendo del numero de aciertos de ese dia, el Domingo podria ser un gran dia.

Roberto me llamó el Sábado noche, diciéndome exaltado que teniamos ¡ocho aciertos de ocho posibles! O sea que las posibilidades de sacar un catorce en la quiniela estaban intactas.

El domingo estuve todo el dia pegado a la radio escuchando los partidos en directo, con el boleto en la mano. Partido a partido, veía como el resultado real coincidía con el que habíamos puesto en la quiniela, hasta el momento en que el Español le pegó un repaso al Racing, habiendo una equis es esa casilla del boleto. La esperanza del 14 se había esfumado.

Pero la esperanza del 13 (que tampoco está mal) seguía latente a falta de solo 3 partidos. el corazón me volcó, cuando los dos siguientes tambien estaban acertados, es decir que tenía un 12, a falta de 1 partido el Betis-Sporting. En mi casilla había un dos fijo, o sea que le recé a “san Quina” y que hiciera lo que pudiera.

Ya estaba gastando el dinero en mi mente, en un glorioso jamón pata negra, con su botellita de gran reserva, cuando escuche al comentarista gritar un gol del Betis, que me hizo estragos en el estómago.

Hasta que no acabó el partido fue una agonía. Al final perdió el sporting, y todo se quedó en un miserable 12. ¿miserable 12? Me supo a poco, pero realmente es un gran resultado; acertar 12 de 14 posibles, sin embargo la sensación era de fracaso.

Lo mismo les sucede a algunos inversores; quieren sacar rentabilidades extraordinarias con la bolsa, y las expectativas son tan grandes, que cuando al final de año, solo ganan un miserable 10, 15, ó 20 %, se sienten defraudados, y mas viendo como otros han ganado cifras astronómicas.

Lo mejor que podemos esperar de la bolsa, para no sentirnos decepcionados, es que siempre existe la posibilidad latente, de que podemos ganar mucho dinero, o algo más que la renta fija (que sería realmente el mercado a batir), y debemos de jugar con esa posibilidad que nos hace mas libres financieramente hablando.

Lo de acertar en las quinielas, ya hablaremos en otra ocasión mas tranquilamente.

miércoles, 22 de abril de 2009

Reflexión Diaria: IR A COMPRAR FRESAS

Una buen dia, casi al final de la mañana, mi mujer me mandó al mercado a por fresas. Cuando llegué, no encontré, pensé que quizás no era temporada, asi que compré unos cuantos nísperos. Al llegar a casa mi señora me abroncó; “te dije fresas”, “ya”, contesté, “pero no había, te traje nísperos que estaban de oferta.” Ella siguió insistiendo en que no quería nísperos, que quería fresas, y me mandó otra vez.

En esta ocasión me quise asegurar de mis pesquisas, y pregunté a una buena frutera el porque no había fresas ese dia en el mercado. Me contestó simplemente que había que venir mas temprano, que a la hora que yo había venido generalmente ya se habían agotado.

Volví a casa, se lo expliqué a mi mujer; me creyó a medias, ella me dijo que cuando iba siempre había, que nunca le había pasado eso.

Olvidé el tema. Esa misma tarde me llamó un alumno, al cual el dia anterior le había enseñado un sistema para especular en intradia con el euro/dólar. Me comentó que mi sistema no funcionaba, ya que había estado desde las 2 hasta las 5 de la mañana especulando, y no había ganado prácticamente nada, aunque tampoco había perdido.

Encendí mi portátil y miré un gráfico de esas horas. Parecía un encefalograma plano, no hubo ningún tipo de tendencia (salvo la lateral). En ese momento pensé en las fresas. Si en el mercado de frutas, a las horas que fui, no había fresas, no las podria comprar, por mucho que insistiera. Por la misma razón, en un mercado financiero, usando un sistema tendencial, como el que yo le había explicado a mi alumno, si no hay tendencia, no se puede ganar dinero, por muy bueno que sea un sistema, tienen que cumplirse una serie de características y situaciones para que sea efectivo.

Le comenté a mi alumno que probará el mismo sistema pero a otra hora.

Al dia siguiente tuve que madrugar para comprar las fresas.

martes, 21 de abril de 2009

Reflexión Diaria: EL SUEÑO DEL CAMINANTE 5ª parte y última (explicación del sueño II)

4-Cuando el duende me vende el libro por primera vez a cambio de la moneda de oro, representa simboliza que estamos dispuestos a pagar cualquier precio por alcanzar la fortuna, por pegar el pelotazo, pero cuando vemos que el libro esta vacío, nos damos cuenta que nos equivocamos al intentar alcanzar ese deseo y nos sentimos desengañados de la bolsa.

5-Cuando el duende me vende el libro por segunda vez, volvemos a caer en la misma tentación, y nos vuelven a engañar, y además perdemos la libreta, que representa la perdida no material (pues ya no tenemos mas dinero) es decir, el tiempo perdido, los enfados, las noches sin dormir etc. Y volvemos a ser engañados pues no aceptamos el tragarnos el orgullo de admitir la equivocación, y seguimos buscando el santo grial.

6-El hecho de que las palabras del libro se fueran emborronando, podria significar el que a veces no utilizamos correctamente nuestros conocimientos en bolsa, es decir; sabemos que tal o cual inversión no es buena o no esta acorde con nuestro plan, y sin embargo, cegados por la codicia la hacemos.

7- La venta del licor mágico que te fortalece la memoria por parte de nuestro amigo el duende, se podria resumir con el refrán “de perdio al río”, esto simboliza cuando un inversor, ya harto de perder y perder, se agarra a un clavo ardiendo, y le da igual todo.

8-Al final vemos que el licor fue otro engaño, y observamos que el duende se ha quedado con todo lo que teniamos (nuestro dinero, posesiones, ilusiones, tiempo etc.) y a cambio nos ha convertido en un “borrachuzo” bebedor de anís el mono.

9-Como conclusión final, yo diría que todos los que comenzamos la andadura de la bolsa, tenemos el mismo objetivo, ganar en bolsa, mientras llegamos y no llegamos, nos encontramos con situaciones y personas que nos harán pensar de una manera o de otra, nos harán cometer errores y aciertos; pero tenemos que tener cuidado ya que este mundo está lleno de duendecillos verdes, que intentarán sacar tajada de nuestros sueños y deseos. Debemos seguir nuestro camino.

P.D.; ya recordé algunas de las palabras que leí durante el sueño, como ejemplo; PACIENCIA, ADMINISTRAR EL DINERO, CONOCER EL MERCADO, ACEPTAR LAS CONDICIONES, PLANIFICAR, CONTROLAR, EVALUAR, y otras del mismo estilo. Suerte.

lunes, 20 de abril de 2009

Reflexión Diaria: EL SUEÑO DEL CAMINANTE 4ª Parte (explicación del sueño I)

… (Me giré para mirar la etiqueta)… ¡anís el mono!... Sonreí y perdí el conocimiento… (Continuará)

Me desperté del sueño, con dolor de cabeza y un poco mareado. La noche anterior había salido a cenar, y el vino fue el protagonista, que ahora pasaba la factura en forma de resaca.

Como norma general, lo primero que hago al despertarme es intentar recordar lo que he soñado, y asi lo hice. Como habéis podido comprobar, lo recordaba casi todo, excepto una cosa ¡las palabras sueltas que había leído en el libro, antes de que se borrara, y que supuestamente estarían en mi memoria para siempre, después de haber bebido el brebaje mágico que me había vendido el duendecillo!

Hice un esfuerzo en recordar, pero nada venia a mi memoria. Incluso llegué a pensar que el líquido del duendecillo producía el efecto contrario, es decir, borrar de mi memoria cualquier resquicio de lo que había leído en el libro.

Ya que no fui capaz de recordar nada del libro, traté (tambien suelo hacerlo frecuentemente) de darle una explicación al sueño, y estas fueron las conclusiones a las que llegué:

1-El primer caminante que me encontré, que lo había perdido todo y que me aconsejó que no fuera al castillo de la bolsa, creo que simboliza a todas esas personas a las cuales les ha ido muy mal las inversiones en bolsa, y que como a ellos les ha ido mal, se dedican a desaconsejar ese tipo de inversión, y la moraleja es que, por que a alguien le ha ido mal cierto asunto, no quiere decir que los demás tengamos que padecer de lo mismo.

2-El segundo caminante, el príncipe rico, puede simbolizar el polo opuesto, es decir, aquellos inversores a los cuales la bolsa les ha ido fenomenal, y se dedican a aconsejar sobre las maravillas de este tipo de inversión. Me dio una moneda de oro, que significa que estas personas nos ayudan e incitan a que invirtamos, aunque luego perdí la moneda, lo que simboliza que a pesar de la ayuda prestada, no invertí correctamente.

3-El duendecillo que sale a continuación, no estoy muy seguro de a quien representa en el mundo de la bolsa; quizás sea la bolsa misma, ya que dice que lleva mas de un siglo, y que se las sabe todas, y bien mirado el mercado es como un duende que a veces nos encanta y otras nos engaña. Otra posibilidad sea que represente a los gurús y analistas de bolsa que tantas veces nos aconsejan, unas con más acierto que otras… (Continuará)

viernes, 17 de abril de 2009

Reflexión Diaria: EL SUEÑO DEL CAMINANTE 3ª parte

…y cogí el libro. Lo abrí por la primera página, y mi sorpresa fue descomunal, por fin había encontrado el secreto de la inversión en bolsa. (Continuación)


O al menos ese era el título que aparecía en letras manuscritas en esa primera página EL SECRETO DE LA INVERSION EN BOLSA. Me senté en el suelo y empecé a leer el libro con avidez, pero a los pocos segundos, ante mis asombrados ojos empezó a correrse la tinta, y lo que al principio eran palabras ahora parecían manchas fantasmales. Gire rápidamente la hoja y observé que en el resto del libro tambien estaba ocurriendo el mismo fenómeno, ¡las palabras del libro se estaban emborronando!

En ese momento pensé en apuntar lo mas rápidamente posible todas las frases que pudiera de las que aun eran legibles. Me eché mano al bolsillo para coger la libreta que siempre llevaba para apuntar, pero no la encontraba… ¡Maldición! Grité desesperado, en ese momento me acordé que se la había cambiado al duendecillo por el dichoso libro.

Levanté la vista desesperadamente para buscar al insignificante ser, pero ¡había desaparecido otra vez! Entonces pensé, que si no podía apuntar nada, tendría que leer todo lo que pudiera e intentar mantenerlo en mi memoria. Empecé a leer como un poseso, apenas había en cada página unas cuantas frases y palabras legibles, pero yo seguía leyendo y girando hojas.

Hice lo que puede; después de cerca de una hora leyendo, llegué a la última página, volví a empezar por la primera, y repasé el libro de nuevo, pero lo único que puede alcanzar a ver era un amasijo de tinta azulada. Ya no había ni una sola palabra ni letra, ni numero legible.

Ahora lo que tenia que hacer era apuntar lo que estaba en mi memoria, y pensé que en ese inmenso mercado podria encontrar aunque fuera algún pergamino, y alguna pluma de ganso con la que poder escribir. Empecé a buscar y rebuscar, pero no encontré nada…hasta que mi vista se volvió a topar con ese indeseable, mal nacido y maldito duendecillo verde.

Le cogí del cuello, pero era tan viscoso que se me resbaló. Le grité que me devolviera la libreta. El me dijo que eso no era posible, que el trato había sido correcto, y que tuviera cuidado, pues si yo intentaba hacerle daño, el resto de mercaderes le defenderían. Miré a mi alrededor, parte de los mercaderes me estaban mirando, como vigilando por si le hacia algo al trasgo.

Me serené. En ese momento, el duendecillo sacó una botella de licor. “Esto es mejor que la libreta” me dijo, “con este licor, tendrás una memoria perfecta, todas la palabras del libro permanecerán en tu memoria para siempre, y jamás se borraran”. “a cambio, solo quiero que me devuelvas el libro”.

Acepté rápidamente, casi sin pensar ¿Qué tenia que perder? Debía de beber el brebaje lo antes posible, para perpetuar en mi memoria las palabras que había memorizado, luego ya tendría tiempo de montar el puzzle, y fabricar frases coherentes.


Le di el libro, y cogí el licor. Me lo bebí entero, directamente de la botella. La reacción fue inmediata. Empecé a marearme, a ver doble, todo giraba a mí alrededor. Caí al suelo. Y antes de perder el conocimiento, la última imagen que guarde en mi memoria fue la de un maléfico duendecillo verde, riéndose a mandíbula batiente, que guardaba entre sus brazos, el libro que contenía el secreto de la inversion en bolsa, la moneda de oro que me había dado el caminante rico, y mi libreta donde lo apuntaba todo. Lo había perdido todo, absolutamente todo lo que tenia, y lo único que había conseguido a cambio, era una botella de… (Me giré para mirar la etiqueta)… ¡anís el mono!... Sonreí y perdí el conocimiento… (Continuará)

jueves, 16 de abril de 2009

Reflexión Diaria: EL SUEÑO DEL CAMINANTE 2ª parte

…cogí el libro y lo lancé al suelo con todas mis fuerzas. Debido al golpe salió de entre las páginas una nota manuscrita… (Continuación)

Desdoblé la nota y leí lo siguiente; “sigue tu camino”, estaba escrito como en letras doradas. Volví a doblar la nota, me la metí en el bolsillo y como esta bien decía, seguí mi camino.

Ya estaba apunto de llegar al final, cuando descubrí un portón enorme y antiguo. Imaginé que esa era la entrada al “castillo de la bolsa” (en ese momento vi que se trataba de un castillo) asi que llamé al portón con el puño cerrado. Enseguida el portón se abrió de par en par, lo que apareció ante mis ojos me deslumbró; un enorme, pero enorme, gigantesco y colosal mercadillo medieval.

Había un montón de mercaderes que vendían de todo; genios embotellados, remedios mágicos para mal de amores, serpientes que hablaban, y todo tipo de alimentos y artilugios. Incluso había personas que vendían sus servicios, desde masajistas, criados, esclavos, incluso me pareció ver un venerable anciano que vendía consejos.

De repente, alguien me silbó a mis espalda. Me giré instintivamente. Casi me da un vuelco al corazón, era el duende que me había vendido el libro mágico de la bolsa. Estaba detrás de una mesa, llena de libros entre los cuales se encontraba, ¡el que ya me había vendido, y me había dejado por el camino! El duendecillo lo cogió, y me lo ofreció. Yo le contesté que no me interesaba, que ya me había engañado una vez, además no tenía dinero. Pero el duendecillo insistía en que no era el mismo libro, y que me lo cambiaba por la pequeña libreta en donde yo había escrito todos los consejos que me habían dado por el camino.

Acepté el trato, le di mi libreta y cocí el libro. Lo abrí por la primera página, y mi sorpresa fue descomunal, por fin había encontrado el secreto de la inversión en bolsa. (Continuará).

miércoles, 15 de abril de 2009

Reflexión Diaria: EL SUEÑO DEL CAMINANTE 1ª parte

Una dia, o mejor dicho, una noche tuve el siguiente sueño;
Yo era un caminante que caminaba por un camino, al final de este había un letrero gigantesco y muy luminoso que decía “BOLSA”.Al poco tiempo me encontré con otro caminante que venia del final. Iba semidesnudo y estaba muy delgado. Se paró y me dijo muy seriamente; “no sigas caminando, no vayas al final del camino, yo vengo de allí y lo he perdido casi todo”. Tomé nota en una libreta de lo que me dijo y seguí caminando.

A mitad de camino me encontré con otro “peregrino”. Este llevaba ropajes de príncipe medieval y un saco con el símbolo del dólar. Igualmente se dirigió a mi en estos términos:”sigue tu camino, yo vengo de allí y ya ves, llegué siendo un mendigo y ahora soy un príncipe”, me dio una moneda de oro y se marchó; al igual que con el anterior, tome nota de lo que me dijo en mi libreta.

Casi llegando al final del camino, me asaltó otro individuo. Este era mas raro que los anteriores, pues mas bien era como un pequeño duende de color verdoso, que llevaba un libro gordísimo debajo del brazo, y también me habló;”escúchame caminante, no le hagas caso a nada ni a nadie, yo llevo mas de un siglo aquí metido, toda mi sabiduría está en las paginas de este libro, te lo cambio por la moneda de oro que te dio el príncipe” y diciendo eso me puso su libro a mis pies, y alargó la mano como pidiendo limosna.

En ese momento yo no sabía que hacer, pero algo me decía que debía coger el libro y así lo hice, entregándole la moneda al duendecillo. Abrí el libro y descubrí que estaba totalmente en blanco. En ese mismo instante, el duendecillo empezó a reírse a carcajadas, y al cabo de unos segundos desapareció ante mis ojos.

Enfadado cogí el libro y lo lancé al suelo con todas mis fuerzas. Debido al golpe salió de entre las páginas una nota manuscrita… (Continuará)

martes, 14 de abril de 2009

Reflexión Diaria: CONOCETE A TI MISMO

Viernes noche, 22:00 h, bajo al parking de la finca donde vivo para dirigirme al trastero, mi mujer me ha pedido un secador de pelo, que por lo que ella me cuenta, jura que se encuentra allí.

Abro la puerta del trastero, y el panorama que reciben mis ojos es esperpéntico: no hay nada, repito nada, que esté en su sitio, apenas si podía entrar para intentar buscar el secador, empiezo a rebuscar entre la chatarra acumulada, botes de pintura seca, brochas del mismo estilo, cajas con contenidos indescifrables, ropajes antiguos, botellas de licor de cestas de navidad de empresas que ya no existen, periódicos viejos, un ejemplar de la revista “Garbo”…

En fin, que después de media hora buscando no encuentro el secador, pero me hago una promesa a mi mismo, asi que levanto el puño y mirando al cielo exclamo ¡juro que nunca mas volveré a tener el trastero desordenado!

Asi que cuando llego al piso, voy a la cama y pongo el despertador a las 8:00 h de la mañana, con la sana intención de madrugar un sábado para ordenar el trastero. A la mañana siguiente, como era de esperar, suena el despertador a las 8:00 h, y como era de esperar, lo apago de un manotazo, me doy media vuelta y sigo durmiendo, y me invento mil excusas para no levantarme a enfrentarme con el temido trastero como, “bueno, tampoco está tan desordenado”, “mejor lo hago por la tarde”, “a las 10 me levanto, a las 10 me levanto…” y otras del mismo talante. Y al final ni me levanto a las 8, ni ordeno el trastero.

Seguro que alguna vez le ha pasado esto mismo pero con la bolsa, (o con otro trastero) es decir; compra unas acciones por ejemplo a 10€, estas bajan hasta 9€, en este momento, usted enfadado, decide lo siguiente “en cuanto empate me salgo, y si acaso compro otra” y cuando llega el dia, en que la acción vuelve a 10, no nos hacemos caso, no vendemos, y nos inventamos mil excusas para aguantar las acciones como; “bueno ahora que sube esperaremos” “no eran tan malas acciones”, “en cuanto suban un 10% las vendo” y otras por el estilo. Y lo peor es que por lo general, luego vuelven a bajar, y nos tiramos de los pelos, y nos insultamos por haber sido tan estúpidos.

¿Por qué hacemos esto? Porque no nos conocemos. Si nos conociéramos un poco a nosotros mismos, no nos haríamos promesas, o planes que luego “sabemos” que no vamos a cumplir. Si usted decide una cosa, que sabe que no va a cumplir, es mejor no tomar esa decisión, y sí tomar otra que sabemos que vamos a respetar; de nada sirve engañarse a si mismo.

Por eso yo creo, que el gran error de mucha gente que empieza a invertir, no es tanto el no conocer bien el mercado en si (que ya es un error) si no el “NO CONOCERSE A SI MISMO”. Muchas veces tomamos decisiones por adelantado, con la intención de cumplirlas en el futuro, y luego ese incumplimiento nos hace perder.

Ya lo dijo Sócrates en su tiempo “'nosce te ipsum' (CONOCETE A TI MISMO).

A todo esto, el secador lo encontré en el fondo del armario.

miércoles, 8 de abril de 2009

Reflexión Diaria: ¡NO ESTOY ENGANCHADO!

Recuerdo una conferencia que di, junto a dos ponentes más, allá por el año 2004. Al terminar la conferencia, cuando creíamos que todo el mundo se había marchado, y me encontraba recogiendo mis bártulos, escuché al fondo del patio de butacas a dos hombres discutiendo. Uno llevaba un traje negro y otro un abrigo marrón. Al del traje negro prácticamente no se le oía nada, aunque gesticulaba mucho, pero al de marrón se le oía decir perfectamente; ¡no estoy enganchado!

No le di importancia y seguí con mis cosas, pero a los pocos segundos volví es escuchar, y esta vez mas fuerte la famosa frase, ¡no estoy enganchado!

Yo me encontraba en el púlpito y ellos al fondo de la sala, solté mis libros y me dirigí hacia la extraña pareja, con la intención de curiosear. Mientras subía por las escaleras, el hombre de marrón seguía insistiendo, cada vez más acaloradamente, ¡no estoy enganchado, no estoy enganchado, no estoy enganchado!

Cuando llegué a ellos pararon de discutir, les pregunté si les podía ayudar en algo. Entonces el señor de marrón, se me acercó y mirándome fijamente a los ojos, como a un palmo de mi cara, me dijo muy despacito y en un tono conciliador; no es-to-y en-gan-cha-do, no, no lo estoy, ¡puñetas!(esto último lo dijo dirigiéndose al señor del traje negro, que parecía bastante tranquilo).

Entonces fue el señor de negro el que se dirigió hacia mi diciéndome “este buen señor, me cuenta que compró unas acciones hace un par de años, en pleno apogeo del IBEX35, ahora mismo está perdiendo cerca de un 40% de su cartera, y yo opino, que este buen señor, está lo que se suele decir en estos casos “enganchado”, puesto que no puede vender, so pena de soportar unas grandes perdidas, pero el insiste en que no lo está, y lo que pasa es que es incapaz de aceptar su situación”

El “buen señor” de marrón parece ser que estuvo mordiéndose la lengua todo el rato, ya que fue callarse el señor de negro y seguir con su cantinela de ¡no estoy enganchado!

“Bueno” me dirigí al de marrón “ahora le toca hablar a usted” le dije, y el señor empezó su platica de la siguiente guisa;

“En primer lugar definamos “enganchado”, dícese del inversor, que en un intento de especular, compra a un precio unas acciones, pero estas no suben, sino que bajan, y bajan, y el inversor quiere vender, pero no puede porque perdería mucho dinero, y ese inversor se encuentra angustiado, se siente perdedor, quiere vender, está deseando al menos empatar para salirse, e incluso se arrepiente de haber invertido, pero no puede vender” se paró un segundo para tomar aire y prosiguió “ pero yo, no quiero vender ahora, mi intención al meterme en bolsa, era mantener la inversion 10 o 15 años, yo no estoy angustiado, ni me siento perdedor, no soy un especulador, repito, no quiero vender, y de hecho a lo mejor compro mas, simplemente estoy siguiendo mi plan de inversión a largo plazo; asi que yo señores, ¡no estoy enganchado!

A mi, el señor del abrigo marrón me convenció, ¿y a ustedes?

martes, 7 de abril de 2009

Reflexión Diaria: LA BOLSA; PERSONAL E INTRANSFERIBLE

Un buen dia, dando clase de cómo especular a un grupo de alumnos, se me ocurrió experimentar con ellos, y no me refiero a diseccionarles como a un raton de laboratorio, ni inyectarles sustancias milagrosas para adelgazar, simplemente quería demostrar lo “personal e intransferible” que es el mundo de las inversiones en general, y el mundo de la especulación en particular.

Se trataba de contestar a la siguiente incógnita ¿Por qué la bolsa no trata igual a todo el mundo? ¿Por qué unos ganan y otros pierden? La respuesta es obvia; por que cada inversor tiene una cartera diferente, con acciones diferentes, compradas en momentos diferentes, usando sistemas o estrategias diferentes. Pero ¿Qué pasaría, si dos inversores, compran la misma acción, el mismo dia, y con el mismo sistema o estrategia?

Bueno pues el experimento fue el siguiente, les dije a mis alumnos, que el miércoles a las 22:00 en punto, con el grafico del euro/dólar, siguiendo un sistema basado en cruce de medias móviles (creo que era 10/20) empezaran a especular, durante 1 hora, que apuntaran lo que habían ganado o perdido, y en la siguiente clase compararíamos los resultados.

Pues bien, en la siguiente clase, pudimos comprobar, ¡que ninguno de los alumnos tuvo el mismo resultado, en incluso, unos ganaron y otros perdieron! ¿Cómo es posible, si se conectaron a la misma hora, con el mismo producto, y usando el mismo sistema de compra-venta?

La conclusión, queridos amigos, es que lo único que distingue realmente a los inversores es su idiosincrasia, su personal e intransferible forma de ver, y actuar en el mercado.

Por eso me gusta la bolsa, porque nos hace especiales.

lunes, 6 de abril de 2009

Reflexión Diaria: NO RECE, SALTE DEL BARCO

Imagínese, que usted, especulador en futuros, en el FOREX en CFDs o en cualquier instrumento financiero, se encuentra en el TITANIC, justo en el momento en que empieza a hundirse, y cunde el pánico en todos los pasajeros.

Conteste sinceramente a la siguiente pregunta; ¿Usted que haría? ¿Se hincaría de rodillas y se pondría a rezar a la virgen del cobre? ¿Se pondría a mirar como los demás ocupan los botes salvavidas y usted se va a quedar sin? ¿O simplemente se sentaría tranquilamente, con un “daikiri” en la mano, esperando a que el tema se arreglara solo? ¿O quizás haría como dicen que hizo la orquesta, seguir tocando hasta el final?

¿Qué nos queda? ¿Qué le parece saltar a uno de los botes he intentar salvarse? ¿A que no es mala idea?

Pues entonces, si esta última decisión parece la mas acertada, ¿Por qué hay tanto especulador, que le cuesta salirse con perdidas, cuando estan viendo que su posición, abierta hace quizás unos minutos, no para de perder dinero por segundos? ¿Qué piensa, que de repente el mercado se va a girar a su favor por que le da pena que usted pierda? ¿No es mas razonable ponerse un tope de pérdidas, para decir hasta aquí hemos llegado, pasar pagina, y volverlo a intentar?

Queridos amigos, en el mundo de la especulación, la esperanza no existe, ni hay ningún Dios salvador, de nada sirve rezar, hemos de saltar del barco, si no nos queremos ahogar, cierto es que perderemos el equipaje, pero salvaremos la vida…ya iremos a otro crucero por el mediterráneo cuando cobremos la paga extra.

viernes, 3 de abril de 2009

Reflexión Diaria: CAMBIE EL AGUA A OTRO VASO POR FAVOR

Si usted es de los que le cuesta vender una acción con minusvalías, es decir, con pérdidas, si es incapaz de poner una orden “stop loss”, y si prefiere vender a su santa madre antes que admitir que se ha equivocado en la compra de un valor, si es usted una de esas personas, le irá muy bien leer el siguiente símil.

Imagínese que tiene un vaso de cristal y lo llena de agua. Al cabo de unos minutos, observa que el vaso gotea, pierde agua, probablemente debido a una raja o grieta. Usted mira el vaso, impasible, deseando y esperando que deje de gotear, pero el goteo no cesa.

Justo encima de la mesa, se encuentran varios vasos más, algunos de cristal, otros de barro y alguno de metal.

Y yo me pregunto ¿no le parece lógico, cambiar el agua de vaso? Claro que usted me dirá, que nada le asegura, que si cambia de vaso, este último no esté tambien agujereado. Y es cierto, el nuevo vaso podria estar si cabe aun más agrietado que el primero, y por consiguiente seguiríamos perdiendo el agua.

Pero yo no le estoy pidiendo que elija un vaso al azar, de los que se encuentran en la mesa. Yo le estoy diciendo que examine las probabilidades; no sabemos si el nuevo vaso goteará o no, lo que es seguro es que ahora lo está haciendo.

Juegue con las probabilidades y las estadísticas; en los vasos nuevos hay alguno de metal, este tiene menos probabilidades de estar agujereado, lo mismo pasa con los vasos de cristal, pero que son mas nuevos que el que contiene el agua. Tambien puede probar de echar el agua en dos o tres vasos, estará el agua mas repartida. Los vasos de plástico tampoco son una mala opción.

Si no queremos perder toda el agua del vaso, hay que moverse amigos, analice la situación, estudie, compare y si encuentra algo mejor…

Tambien le digo, a usted que nunca vende perdiendo, que si el vaso deja de gotear, no tiene porque cambiar de vaso si no quiere, lo que no le aconsejo es que se beba el agua.

jueves, 2 de abril de 2009

Reflexión Diaria: EL SEÑOR X

En la inversión no hay que ser terco ni testarudo, ni cabezota, paciente si, pero no todo lo anterior, y si no que se lo pregunten a mi buen amigo “señor X” (prefiero no dar su nombre) aquí va su historia:

Hace ya algunos años, por la década de los 90, me encontraba yo tomando un cortadito con un buen amigo, “el señor X” en un bar de la barriada. En aquel entonces, en el tema de la bolsa yo ya había hecho mis pinitos, pero todavía me encontraba como quien dice en pañales. Sin embargo, el señor X en estos temas me llevaba ventaja ya que el invertía en bolsa desde los tiempos de “naranjito”.

En esa cita, él me comentó que llevaba cierto tiempo vigilando un valor, en un mercado extranjero; “he estudiado minuciosamente sus cuentas de resultados, sus libros contables, su grafico…” me sacó una hoja de papel milimetrado, con un gráfico dibujado a mano, y un millar de líneas y anotaciones de su puño y letra (en aquella época, todavía no teniamos ordenadores, ni impresoras ni Internet, teniamos los periódicos y el tele-texto para seguir la bolsa, ¡que tiempos!)”…su gráfico” prosiguió” lo tengo perfectamente estudiado, tengo en casa un monton de noticias recortadas de los periódicos, llevo meses estudiándolo, además, lo mejor de todo, es que como bien sabes, yo trabajo para esta compañía (tampoco diré nombre, si acaso “compañía Z”) es un chollo, estoy seguro de que sube, seguro, lo tengo todo controlado, confío en ella cien por cien, estoy tan seguro de mi análisis y mis expectativas, que voy a vender toda mi cartera para comprar este valor.”

Si ahora se poco, en aquel entonces menos todavía, pero me pareció una locura hacer eso, arriesgarse tanto, pero el llevaba mas años que yo en esto, asi que le comenté que si tan seguro estaba, pues adelante, que no sea yo quien le quite esa ilusión.

En aquellos tiempos, la acción costaba alrededor de 50 dólares. Empecé a seguirla, llamando a mi “broker” de vez en cuando, ya que la información de los mercados extranjeros en aquella época no era tan fácil de conseguir.

Como la historia de mis encuentros con el señor X, y de las conversaciones con respecto a su súper compañía Z es un poco larga, la resumiré:

El valor durante muchos años estuvo subiendo, nada espectacular pero subía; hasta que llegó la crisis tecnológica, y comenzó a bajar. Cada vez que veía al señor X me decía algo asi como,”tranquilo, subirá, tiene que subir”, cuando bajó hasta 30 dólares “esto es un bache, pasará” en 15 “bueno, voy a comprar mas haré media”, en 3 dólares “si estuvo en 50, puede volver a estarlo”. Llegó un momento en que la cotización bajó tanto, que ya me daba vergüenza preguntarle por la compañía cada vez que nos cruzábamos por la calle, pero él insistía “tiene que subir, tardará, pero me devolverá con creces todo lo quitado”.

A los 10 años de haber comprado las acciones, perdía un 95% del capital invertido, y de eso hace unos cuantos años, pero el señor X, creía tozudamente que su inversión había sido acertada, que el que se había equivocado era el mercado, que ese precio no era el suyo.

Hoy dia, aun veo de vez en cuando al señor X, todavía pierde, todavía dice que va subir, y lleva el hombre asi casi 15 años. ¿Merece la pena tanto sufrimiento, con tal de no admitir que estamos equivocados?

En la bolsa no gana el que tiene razón pues no la hay, gana el que humildemente acepta todos los cambios que se producen, como si se tratase de un camaleón.

miércoles, 1 de abril de 2009

Reflexión Diaria: EL PAPEL HIGIENICO Y LA BOLSA

Me encontraba yo, con mi buen amigo “Ignacito”en unos grandes almacenes; “acompáñame a hacer la compra de casa” me invitó, y a los pocos minutos me vi empujando un carrito metálico, que casualmente se desviaba ligeramente a la izquierda.

Después de comprar cuatro latas de sardinas, dos pizzas, unas cuantas "birras" y demás enseres imprescindibles para todo solterón que se precie, nos tocó seleccionar el papel higiénico.

Miró el mas barato, no le convenció “muy mala calidad” comentó, miró el mas caro “demasiado dinero para lo que es”, sentenció, y tampoco lo cogió. Entonces me pidió que le ayudara a buscar el papel higiénico que mas se acercara al precio medio. Me hizo sacar la calculadora que siempre llevo en el bolsillo, y empecé a teclear. Después de unas cuantas operaciones, le señalé el que a mi parecer era el papel de precio medio.

Tampoco le gustó, “no me convence el color”. Empecé a desesperarme y a mirar el reloj varias veces; llevábamos mas de 15 minutos eligiendo el maldito papel, casi el mismo tiempo que el que habíamos gastado en le resto de la compra.

Entonces cogió un paquete que estaba en lo mas alto, lo miró y remiró, le dio un par de vueltas, me mirò a mi, le asentí con la cabeza y lo tiró con fuerza en el interior del carro mientras gritaba eufórico ¡este, este es!

Suspiré aliviado. Poco me duró la alegría: en plena cola de la caja, me dice que le guarde el carro, que tiene que volver a cambiar el paquete de papel higiénico, pues había visto una señora con uno que le encantaba. Salió corriendo y volvió al cabo de un minuto, con la sonrisa de oreja a oreja y el susodicho paquete de 12 rollos de papel higiénico en la mano.

“Como veo que tenemos para un rato aquí en al cola” me espetó, “voy a aprovechar para que me mires una cosa”. Se metió mano al bolsillo y sacó un papel impreso. “Ësta mañana he ido al banco” me comentó mientras desdoblaba la hoja, “entré y pregunté directamente por el director, tenia un dinerillo ahorrado y quería invertirlo en un fondo de inversión o algo asi, y me ofreció este”, en ese momento me entregó el papel.

Era la suscripción a un fondo garantizado del tipo “súper mega fondo garantizado ibex 35 selección VIP”, me temí lo peor. “Nada mas entrar en su despacho” continuó Ignacito, “me lo ofreció, me lo explicó tan bien, que aunque mi intención era elegir el que más me convenía de una lista de fondos que ellos tienen, tardé menos de 1 minuto en decidirme; firmé la suscripción, hice el traspaso de efectivo de mi libreta y ya está ¿Qué opinas?

Le mire fijamente a los ojos, y de mis labios sólo pudieron salir las siguientes palabras “en menos de un minuto, en menos de un minuto, en menos de un minuto, en menos de…” ¿pero que te pasa M.A.? me interrumpió. ¿Qué que me pasa? Le contesté señalando el famoso paquete de los 12 rollos de papel higiénico, “Te pasas un cuarto de hora de reloj en elegir el papel higiénico que mejor se adapta a tu culo, y para decidir donde te conviene invertir tu dinero de la mejor manera tardas un ridículo, miserable e insignificante minuto! ¿y aun tienes la vergüenza de preguntarme que me pasa?


Todo el mundo que estaba en la cola se giró para mirarnos. “Ignacito” estaba rojo. Yo continué con mi venganza. “y encima, no me llamas para que te acompañe al banco y te asesore de cómo deberías invertir tus ahorros, pero si me llamas para que te acompañe y te ayude a decidir, cual es la textura de papel idónea para tu culito!

A mi amigo le salvo el que ya nos tocara en la caja; pagó y nos dirigimos al coche. Durante el trayecto que duró hasta su casa, si no pronuncié la frase “en menos de un minuto” mas de cien veces, no la pronuncie nunca.

Al llegar a su casa le ayudé a subir la compra. “Te invito a cenar, pizza ¿Que te parece? le pregunté si no tenía nada que decirme. “Pues si” me contestó “sabes M.A., ahora que lo estoy pensando, tienes toda la razón, debería de decidir mas rápido en el tema del papel higiénico, además, (miró fijamente a la bolsa donde estaba el papel) tenia que haber cogido el primero que me dijiste”.

Esa noche cenamos pizza quemada..